TIPS

Tabla de equivalencias

Si tienes problemas con las medidas en gramos de las recetas, usa nuestra tabla de conversión de medidas. ¡Recuerda que una báscula te será de mucha ayuda!


Espera a que el pan se enfríe

Aunque te mueras por comer el pan justo después del horneado, no es el mejor momento para apreciar todos sus sabores. Al salir del horno, el pan aún tiene mucha humedad y bióxido de carbono. Necesita tiempo para enfriarse, así disfrutarás de mejor textura, sabor y aroma.


¿Amasar te cansa?

Amasar a mano es muy relajante aunque también cansa, si decides usar una batidora para amasar, mantén la velocidad lo más baja posible para no dañar el motor.

Tamiza la harina con un tenedor

Si no tienes un colador a la mano y la receta te pide tamizar la harina, ¡usa un tenedor o un batidor globo para mezclar rápidamente todos los ingredientes secos y deshacerte de los grumos!

Huevo fresco

Recuerda que para saber si un huevo está fresco todavía, puedes echarlo en un vaso con agua. Si flota, ¡tíralo!

Papel encerado para tus moldes

Usa papel encerado para evitar desastres en tus moldes para hornear, no se pegará nada y limpiarás menos.

Recalentando pasta

Al recalentar pasta, acomódala en forma de dona, es decir... haz un hueco en el medio. De este modo se calentará de modo más uniforme.

Mantequilla rallada

Si debes usar mantequilla en tus recetas y está muy fría, rállala, de este modo se derretirá o incorporará más fácil y rápido.

Pelar ajos

Pelar un ajo es súper fácil. Aplasta las cabezas de ajo con un plato y después, mételas en un tupper, tápalo, ¡agita con fuerza y listo!

Tazas medidoras

Engrasa tus tazas medidoras si tienes que medir miel, crema de cacahuate o algo pegajoso, de este modo, el contenido saldrá más rápido y ahorrarás tiempo.

Panqués más Esponjosos

Para que tus panqués tengan una consistencia más esponjosa, agrega las claras a punto de turrón en forma envolvente después de haber incorporado los demás ingredientes.

Pasta Hojaldre

Cuando realices panes de pasta hojaldre, primero dale forma a tus panes y deja que reposen por 30 minutos antes de hornear. Así evitarás que se deformen.

Pan más esponjoso

Tu pan quedará más esponjoso y rico si los huevos y la mantequilla están a temperatura ambiente.

Sal en panadería

Cualquier sal es válida en panadería. La de mesa, la marina o de grano; simplemente asegúrate de que se pueda disolver en el amasado. Si tiene unos granos muy gordos, muélelos e incorpóralos.

No desmoldes tu pan cuando aun esté caliente

Debes hacerlo cuando esté templado o frío, de otro modo no se condensará la humedad que poseía cuando estaba caliente.

Ten cuidado al agregar azúcar

Recuerda no agregar más azúcar de la que la receta te pide, ya que la masa puede apelmazarse.

Precalienta el horno

Recuerda que debes precalentar el horno mínimo 15 minutos antes de utilizarlo.

Frutas secas en tu pan

Si vas a ponerle frutas secas a tu pan, primero debes enharinarlas y retirar el exceso para agregarlas, así evitarás que se queden en el fondo.

Invierte en cucharas medidoras

Las cucharas de medida son un instrumento preciso, no algo aleatorio y caprichoso. Procura medir las cantidades que se indican en la receta para que salga muy bien.

Amasa sin cansarte

Si amasar te resulta muy cansado, intenta amasar 30 segundos y deja reposar 5 minutos. Repite el proceso. A la tercera vez, cuando vayas a amasar parecerá que alguien ha amasado por ti. Recuerda: el reposo, amasa.

Pan más grande y esponjoso

Cuando metas el pan al horno, durante los primeros 15 minutos de cocción rocíalo con agua cada 4-5 minutos. Los panes crecen durante ese período de tiempo y a partir de ahí, dejan de crecer y se cuecen. Al crear humedad, favorecemos que el pan crezca mucho más, ya que la corteza tardará más en hacerse y volverse rígida.

¿Cómo saber si mi pan ya está listo?

Una manera súper efectiva de saber que tu pan está listo, es golpearlo con los nudillos en la parte de abajo y escuchar que suena hueco.

Corrige la masa con agua

Cuando mezcles los ingredientes, deja el agua para el final y añádela a medida que la masa te la pida. Es decir, corrige siempre con agua y nunca con harina, porque la harina de más que añadas quedará en exceso en relación a la levadura y la sal.

Amasa sin desastres

Amasa sobre la encimera limpia o una tabla de amasar, sin harina. Puedes mojar tus manos o untarlas de aceite. Al poco tiempo de amasar, verás que ya no se pega y habrás conseguido no llenar toda la cocina de harina.